domingo, 1 de julio de 2007

Toño, que gran señor.

Hay lo tienen, tan campechano como siempre, instantes antes de sufrir un robo a mano armada por parte de unos impresentables. Sin embargo él no se alteró y se fue tan feliz, pues el disfruta de lo que hace y no busca el negocio.

El motivo de robo, el Gran Premio Ciudad de León. Ya se sabe que a un gran mitin de atletismo siempre va acompañado de grandes premios, pero sobre todo de buenas maneras; y el Ciudad de León se vio privado de esto último para desgracia de los presentes.

El caso es que habia dinero para los tres primeros en categoria masculina por tabla húngara. Tras ver los resultados de las distintas finales, el premio se lo llevaban Sergio Sanchez, el segundo para Miguel Angel Barros y el tercero Toño.

Pero parece ser que este tercer puesto no sentaba muy bien y mientras esperabamos la entrega de premios, un velocista y su entrenador movieron sus hilos e hicieron que el tercer puesto se lo llevase el velocista, por el escaso margen de dos-tres puntos.

Y cual fue su mala arte, pues reclamar que en vez de puntuar solo el tiempo de la final, valiese el tiempo de la semifinal, de forma que el tercer puesto era suyo.

Bravo por ellos y bravo por los organizadores, que ante la relevancia de la persona que hacia la reclamación, no tuvieron otra que darle la razón a dicho entrenador. Que ya nos conocemos y estas cosas no nos sorprenden. Y no es una cuestión económica, sino la forma de actuar, y que con este acto reflejan una vez más la clase de personas que son, unos impresentables (entrenador y atleta).

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“Un lanzador de jabalina tiene la fuerza de un lanzador, la velocidad de un velocista, la potencia de despegue de un saltador y la coordinación de un gimnasta” Jan Zelezny