Ha sido una semana dolorosa, pues no estoy recuperado de la competición del domingo pasado, pero da igual. Es un nuevo día en el que disfrutar de la jabalina. La falta de entrenamientos y las molestias físicas se compensan con una mirada alrededor.
Es un día en el que lanzo con la mayoria de mis atletas, y tendo la oportunidad de enseñarles porque amo tanto esta disciplina. Es un día en el que miro a la grada o al borde de la pista y veo a mis amigos, y todo malestar desaparece para intentar hacer que disfruten de la jabalina. Es un día en el que lanzar por aquellos que no lo pueden hacer, pero que siguen siendo mis hermanos dentro del pasillo, y más pronto que tarde volverán a lanzar. Un día para lanzar por todo lo perdido.
Nadie que haya disfrutado dentro de un pasillo, puede saber lo que es esto. Veo con añoranza los resultados que consiguen mis compañeros y sigo sintiendo el gusanillo de los lanzamientos. Veo como los "viejos" lanzadores siguen al pie del cañón.
Me emocionó ver en la primera liga de clubes de Salamanca de primera división a Lombao, el verle en el pasillo mientras yo estaba en la grada, me hizo sentir envidia; verle que a pesar de los dolores seguía haciendo ese lanzamiento tan bonito, con mejores o peores resultados, pero sigue porque esto engancha.
Hoy es un día para disfrutar y sobre todo hacer disfrutar.
Espero que esas horas mis atleta juveniles me hayan dado una alegria y un nuevo motivo para disfrutar lanzando.
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